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Durante los últimos años, he estado recogiendo la opinión de los profesionales del cumplimiento legal en varias partes del mundo y de manera anónima, por supuesto, sobre cómo la alta gerencia de sus empresas trata a la función de cumplimiento y gestión del riesgo. De manera consistente y abrumadora, la gran mayoría de sus respuestas se ha inclinado por el lado A:
A |
B |
Una carga enorme |
Una carga tolerable |
Un costo |
Una inversión |
Un palo en la rueda del negocio |
Un lubricante en el motor del negocio |
Una Fuente de dolor |
Una Fuente de ventaja competitiva |
Una ocurrencia casual |
Una prioridad |
Un mal necesario |
Una inevitabilidad válida |
La verdad es que, querramos o no reconocerlo, siempre ha sido difícil vender el cumplimiento legal y la administración de riesgos internamente. Aunque los profesionales de cumplimiento y el riesgo son parcialmente responsables de esto, creo que la responsabilidad cae siempre en la alta gerencia.
He sido consciente de esto desde hace bastante tiempo e incluso creé un programa de capacitación sobre cómo superar este problema tan fundamental titulado “La guerra silenciosa entre el negocio y cumplimiento” y subtitulado “Cómo eliminar la fricción y alinear las agendas hacia un fin común”. En él, recomiendo a los profesionales del cumplimiento cómo encarar su práctica profesional para que sus esfuerzos por obtener el apoyo del negocio para sus iniciativas sean exitosos. Sin embargo, hago hincapié en que el éxito está condicionado a que la alta gerencia exhiba o sea capaz de desarrollar un mínimo nivel de integridad y racionalidad.
Los líderes deben comprender que, como James Lam ha dicho, la gestión del riesgo no solo tiene que ver con reducir el potencial de que suceda algo negativo (la probabilidad de dolor), sino también con explotar oportunidades para que suceda algo positivo (la probabilidad de éxito). Quienes realmente comprendían esto y genuinamente creían en el valor estratégico del cumplimiento legal son los fundadores y ex líderes de Remesas Quisqueyana, Inc., el transmisor de dinero con oficinas en Nueva York donde caminé mis primeros pasos en el mundo de los servicios financieros.
Mohamed Chalabi, ex CEO de Quisqueyana y uno de los líderes más cultivados e iluminados que he tenido el honor de conocer, me explicó una vez de qué manera un programa excepcional de cumplimiento y prevención del lavado de dinero (ALD) contribuía a la performance de una empresa. Por ejemplo,
- Ventaja competitiva: Son los supervisores gubernamentales los que en última instancia dictan los estándares mínimos de cumplimiento. Un programa de cumplimiento excepcional, es decir, que supere esos estándares mínimos, recibirá una evaluación positiva por parte de un examinador. En la medida en que un supervisor aprenda durante un examen sobre avances tecnológicos u operativos en los sistemas ALD de empresas que se tomen el tema en serio e instalan operaciones de control de calidad, las agencias del gobierno se convertirán en útiles conductos para diseminar estándares similares en toda la industria y, de esa manera, impartirán una ventaja competitiva a la empresa iniciadora.
- Reputación: Un sistema de cumplimiento excepcional habla bien de los estándares profesionales fijados por la alta gerencia de la empresa. La adopción de estándares en una área de la empresa, en ALD, por ejemplo, le permite a la gerencia obtener apoyo para la adopción de estándares equivalentes en otra área, como por ejemplo Control Interno. Tener altos estándares de cumplimiento y control interno eleva la elegibilidad de una empresa para entablar alianzas estratégicas con empresas públicas, cuyos propios estándares incluyen, a su vez, los de sus socios estratégicos.
- Valor para los accionistas: Al inversionista o adquiriente, en el caso de una fusión o absorción, le preocupa la existencia de obligaciones ocultas emergentes de fallas del pasado o deficiencias actuales en los sistemas de cumplimiento y control. Un historial de cumplimiento impecable reduce el descuento que un inversionista o adquiriente vaya a aplicar a la valuación de una empresa que opera en un ambiente de alto riesgo.
En Quisqueyana, los profesionales de cumplimiento no necesitábamos vender nada. El énfasis y compromiso venía de manera inequívoca desde arriba.
En estos tiempos turbulentos signados por innovaciones sin precedentes y exigencias de cumplimiento cada vez mayores necesitamos, más que nunca, proteger a nuestras empresas de la amenaza constante de desaparición. Y, para ello, no estaría mal reflexionar acerca de nuestra actitud frente a la inevitabilidad de la supervisión gubernamental.
Podemos quejarnos sin cesar, pero igual tendremos que cumplir con la ley. Una mejor opción parecería ser que simplemente hagamos lo que tenemos obligación de hacer de la manera más inteligente posible, es decir, adoptando la actitud correcta y utilizando nuestro capital humano y tecnológico para crear sólidas bases para el éxito de nuestros negocios.
Excelente articulo. Un fuerte programa de cumplimiento es una ventaja competitiva.
Bien Juan!. Y mi acuerdo con Cesar Carbajal, tal vez agregar la necesidad de germinar en la moral comercial una conciencia de cumplimiento por parte de las personas responsables en definir las políticas corporativas y asumir límites de apetito económico.
Es muy difícil reducir el apetito económico de un inversionista. Es por ese apetito desmedido que existe la normativa…